La construcción de la Municipalidad de Los Olivos como espacio público dentro de un contexto de consumismo de las nuevas clases medias y populares

Escrito por Jair Jonas Gómez Palomino, Sociología UNMSM
Correo: jair_getdota@hotmail.


Es muy conocida la visión del burgomaestre de Lima Metropolitana, Luis Castañeda, respecto a la visión de ciudad que asume que los limeños deberíamos tener, por ejemplo, una ciudad plagada de bypasses como solución al tránsito. En pocas palabras, la ciudad debe estar al servicio de quienes poseen automóviles y en desmedro del transporte público y los peatones. Sin embargo, Hábitat (2014) nos indica lo contrario:
La “ciudad sostenible” es un término que hace referencia a una ciudad o una unidad urbana respetando los principios del desarrollo sostenible y el urbanismo ecológico, que busca tener en cuenta el conjunto social, económico, ambiental y cultural de la planificación para y con personas.
Son la seguridad y libre desplazamiento de las personas, la preservación de las áreas verdes, la promoción del uso del transporte alternativo así como la recuperación de espacios públicos el nuevo enfoque de esta comisión de las naciones unidas para la vivienda y la construcción de ciudades sostenibles.
El enfoque de la actual gestión de la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) le ha valido varias disputas con diversos organismos públicos. A mi juicio, uno de los casos más representativos fue el enfrentamiento que tuvo con la Municipalidad de San Isidro (Ávila, 2016). La creación de más de 2 byppases en la Avenida Salaverry que involucraba la tala de más de 200 árboles y la destrucción de varias ciclovías era lo que invitaba este nuevo proyecto de la MML. El resultado era de esperarse: Manuel Velarde, el alcalde de San Isidro, salió a exponer a los medios de comunicación que estaba en desacuerdo con que la solución al tráfico sean los bypasses y que cercenar áreas vedes así como perjudicar el transporte alternativo hacía del proyecto inviable. Algunos días después la propuesta fue declarada inviable por los propios técnicos de la MML (Cnd7, 2016).
Actualmente, la gestión de la Municipalidad de San Isidro lidera la promoción de la ciudad sostenible. Poco se ha escrito sobre este nuevo perfil de políticas públicas. Lo primero que se nos puede venir a la mente es cómo un distrito compuesto por una población de estratos sociales altos con alta tendencia al individualismo se muestra en la gestión de su propia municipalidad como una ciudad abierta, llena de espacios públicos, y con preferencia al transporte alternativo. Recordemos que el origen de las políticas públicas no siempre nace a través acciones colectivas por resolver un problema social sino a veces como un simple instrumento para el ejercicio del poder y la dominación de un grupo social sobre otro (Subirats, 2008, pág. 34).  En pocas palabras, puede que la visión de una ciudad sostenible no sea parte de cómo se ven a sí mismos los limeños tradicionales actuales, sin embargo, al ser hegemónica (la visión de Hábitat, por ejemplo) el plasmarla en políticas públicas puede considerársele un criterio de demarcación entro unos y otros, entre quienes pueden tener los medios para crear ciudad sostenible y quienes tienen que conformarse con la Lima la horrible de Salazar Bondy[1]
Un caso análogo es el distrito de Los Olivos. Ambos, San Isidro y Los Olivos, son hegemónicos bajo su contexto; el primero es el del distrito más próspero financieramente del Perú y uno de los principales núcleos de la actual Lima tradicional, el segundo representa la cúspide del sueño provinciano de los años 60s: vivir en Lima y poder ser considerado ciudadano pleno (Riofrío, 1991). Sin embargo, existe una diferencia sustancial entre ambos. El consumismo que envuelve a Los Olivos es central en su construcción como nueva clase popular y media, y por lo tanto de su existencia en sí misma, mientras que en San Isidro solo es una características más.
Los Olivos nace de una asociación de vecinos de San Martín de Porres, distrito que no llegó a suplir las demandas de todos los vecinos que conformaban al distrito de ese entonces. La unión de algunos sectores con mayor capacidad adquisitiva en aras de un distrito a la altura de sus demandas resultó en la creación de los Los Olivos. Así, este distrito pudiente pero de origen plebeyo tiene como sustento fundacional un criterio de demarcación (Matos Mar, 2012) . No se trata ya del proceso de migración del campo a la ciudad que añoraba mejores condiciones de vida y el justo derecho a la ciudadanía sino de un criterio de ascenso en la movilidad social.
Los Olivos representa ese tránsito entre soñar un terreno donde habitar en Lima hacia la exigencia de mejores condiciones de vida y el criterio de demarcación que suele conllevar ello. Un factor que determina en gran parte el criterio de la pertenencia a un estrato social es el consumo[2], así como el estilo y el sabor de la vida social y su rol canonizador de los patrones de relaciones interhumanas (Bauman, 2007).
 El consumo hace referencia a la necesidad básica humana por abastecerse de productos para suplir necesidades. Sin embargo, lo propio de nuestro tiempo es el consumismo el cual “no asocia tanto la felicidad con la gratificación de los deseos sino con un aumento permanente del volumen y la intensidad de los deseos” (Bauman, 2007, pág. 50). Si el consumo en sí era central dentro del eje social en el establecimiento de relaciones interhumanas el consumismo lo intensifica. Ya no se trata en comprar lo necesario y al menor precio, ahora la compra está impregnada de un carácter efímero y lúdico.
El problema es que la construcción de las nuevas clases medias y populares ha terminado siendo construida no bajo la gesta emprendedora, productiva y popular de la modernidad sino por la ética del consumismo, y Los Olivos es el mejor ejemplo de ello.
Los nuevos pilares del consumismo son los centros comerciales. Se muestran como ciudades interiores que ofrecen seguridad, diversión y confort. Los Olivos no es ajeno a esto, gran parte de su población es uno de los principales compradores del Centro Comercial Megaplaza de Lima Norte (Mejía, 2011).
No obstante, la propia Municipalidad de Los Olivos se erige como espacio público. Como una extensión que tensa entre lo natural y lo artificial podemos ver un parque a las fueras de la municipalidad, esta es continua, es decir, cualquier persona que quiera pasar a las instalaciones dentro de la municipalidad de Los Olivos tendrá que pasar por este espacio[3].


(Elaboración propia)
Este espacio está lleno de personas que practican distintas expresiones artísticas como lo es el hip hop, vendedores ambulantes que no son expulsados a pesar de la presencia de serenos de la municipalidad. Además, muchas veces el espacio principal que es usado para hacer las actividades protocolares de la municipalidad, también es usado para realizar eventos como desfiles de moda o presentación de acrobacias. Eventos que atraen familias y convierten al lugar en un espacio lúdico. Es gratuito. No, no es un centro comercial, estamos pues frente a un espacio público, y en Lima hay muy poco de ellos (Vega, 2006).
Entonces, ¿cabría preguntarnos el por qué la propia Municipalidad de Los Olivos logra construirse como un espacio público dentro de un contexto consumista de las nuevas clases medias y populares?[4].

Referencias Bibliográficas

Ávila, D. (11 de Noviembre de 2016). Alcalde de San Isidro: "Los bypass son cortoplacistas y no solucionan los problemas de la gente en ciudad" . Obtenido de Lamula.pe: https://redaccion.lamula.pe/2016/11/25/alcalde-de-san-isidro-los-bypass-son-cortoplacistas-y-no-solucionan-los-problemas-de-la-gente-en-ciudad-video/danielavila/
Bauman, Z. (2007). Vida de consumo. México: Fondo de Cultura Económica.
Cnd7. (1 de Diciembre de 2016). Obtenido de La República: http://cdn7.larepublica.pe/impresa/sociedad/826708-municipalidad-de-lima-descarta-construccion-de-3-bypass-en-la-av-salaverry
Matos Mar, J. (2012). Perú. Estado desbordado y sociedad nacional emergente. Lima: Editorial Universitaria.
Mejía, J. (2011). La sociedad de consumo en las nuevas clases populares y medias en el Perú. Yuyaykusun, 27-42.
Riofrío, G. (1991). Crisis de la barriada y de la ciudad; la alternativa a la ciudad en crisis. En R. Frío, Producir la ciudad (popular). Entre el mercado y el Estado (págs. 53-126). Lima: Desco.
Subirats, J. (2008). Las políticas públicas. En J. Subirats, P. Knoepfel, C. Larrue, & F. Varonne, Análisis y gestión de políticas públicas (págs. 33-47). Barcelona: Ariel.
Vega, C. (2006). El espacio público. La movilidad y la revaloración de la ciudad. Cuadernos. Arquitectura y ciudad(3), 1-75.
Webmaster. (6 de Noviembre de 2014). Ciudad Sostenible. Obtenido de Hábitat Urbano: https://www.wm-urban-habitat.org/esp/ciudad-sostenible/






[1] Me refiero al ensayo polémico de Augusto Salazar Bondy que publicó hace más de 40 años y aún sigue vigente el día de hoy. Se suele añorar el pasado de Lima, remontarse a la Arcada Colonial para justificar el porvenir promisorio de la ciudad así como su perfección, sin embargo, en la realidad Lima siempre fue caótica, sin ningún plan de vivienda urbana para todas las clases y sin identidad alguna más que la imitación a las clases dominantes o a los grandes patrones de poder. Por ende, quienes no tienen los medios para poder acceder a una ciudad sostenible se quedarán con la visión promisoria de la ciudad, que en realidad es, horrible.
[2] Me refiero a que, por ejemplo, no es lo mismo comerse una bolsita pequeña de papitas Lay's que disfrutar de una pequeña lata de papitas Pringles. Ambas industriales, ambas dañinas, pero la textura y el sabor distan mucho entre ellas. Pryngles es mucho más cara, no lo venden en todos los establecimientos y su sabor sin igual. Ya se imaginará querido lector a que estratos sociales va dirigido cada producto.
[3] Póngase a pensar en varias municipalidades dentro de Lima Metropolitana. ¿Cuántas de ellas se constituyen como espacio público? Todas ellas, o al menos las mayoría, son solo centros donde los vecinos pagan sus impuestos. La Municipalidad de Los Olivos tiene otra lógica: no solo se va a pagar, también se muestra como un centro de esparcimiento para toda la familia.
[4] Es tal nuestro objetivo de este ensayo que se ha dividido en dos partes. La siguiente parte será publicada dentro de este blog muy pronto. Estar atentos.

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