LOS BARRIOS URBANOS MARGINALES EN LIMA: UNA “AMPLIACIÓN” DE LA INFORMALIDAD, DEL CONFLICTO Y UNA RESPUESTA DÉBIL DEL ESTADO

RESUMEN

El presente ensayo se encarga de hacer un análisis conciso de lo que son Barrios Urbanos Marginales existentes en Lima Metropolitana y de cuáles son las respuestas al problema de parte del Estado, respuestas traducidas en políticas públicas que deben ser analizadas con el fin de ver cómo es que los actores claves se han involucrado en el proceso y si estas políticas son beneficiosas para la población limeña que sufre las pocas condiciones favorables para tener una calidad de vida óptima. Se hace un recorrido por las políticas que se han aplicado para frenar este problema y a la vez se establece una crítica hacia estas debido a su falta de integración y disparidad en sus acciones tomadas.

Palabras clave: Barrios Urbanos Marginales, políticas públicas, ampliaciones.





INTRODUCCÓN

En el Perú, específicamente en Lima Metropolitana, se experimenta un crecimiento urbano desordenado, con pocas señales que evidencien una importancia en frenar este; esto se debe porque las políticas públicas no están siendo direccionadas hacia ese lado, pues los actores que deberían de involucrarse pueden ver afectados sus intereses si se impulsan estos cambios, por lo que no se pelea por una inscripción de estos problemas en la agenda política gubernamental, proceso necesario para que se empiece a discutir la necesidad de atacar este problema.

El siguiente trabajo se encarga de hacer un análisis del crecimiento de los Barrios Urbanos Marginales (BUM), específicamente de los BUM consolidados y en proceso de consolidación. Se entiende a los BUM como barriadas o sectores populares que sufren de carencias como agua, luz; servicios básicos que no acceden por su misma condición ontogénica: estas tienen un origen informal o ilegal, dependiendo del caso. Pero no solo es concentrarnos en el crecimiento de los BUM, sino cómo es que el Estado y los actores involucrados clave, han respondido a este problema. En otras palabras, cuáles han sido las respuestas en relación a las políticas públicas impulsadas para poder atacar el problema en sí.

Para poder entender las políticas públicas, es necesario explicar que la formación y concreción de estas no es solo competencia exclusiva del gobierno y que su ejecución no es meramente responsabilidad del gobierno; porque si no se considera esto  se puede olvidar lo importante que es todo el apoyo social y político que se requiere para llevarlas a cabo. Entonces, una política pública hay que entenderla como el resultado de una acción colectiva entre el gobierno y los actores claves. También es importante aclarar que esto se desarrolla en lo público y que de una serie de transacciones políticas. Con esto, el gobierno no solo cumple con el objetivo de la política, sino que además debe garantizar la cooperación y coordinación de los actores de la sociedad. En ese sentido, ya se puede elaborar un concepto de políticas públicas, y será la siguiente:

[…] la política pública como construcción social, puede ser definida como una estrategia con la cual el gobierno coordina y articula el comportamiento de los actores a través de un conjunto de sucesivas acciones intencionales, que representan la realización concreta de decisiones en torno a uno o varios objetivos colectivos, considerados necesarios o deseables en la medida en que hacen frente a situaciones socialmente relevantes. (Torres et al, 2013, p. 56)

Una vez entendido el concepto, pasaremos a analizar a detalle cómo se ha dado este proceso. Además, es necesario aclarar que se nota un cambio también en las barriadas. Cambio que tiene que ver con el carácter de estas barridas, que al inicio tendrán un carácter de reivindicación y de querer solucionar los problemas que el Estado no puede, un carácter positivo del asunto; en cambio ahora se puede notar un carácter negativo debido a que estos crecen sin medida y en base a mercados ilegales que solo traen mayores problemas debido a que el accionar del Estado ya no solo debe cubrir necesidades de vivienda, sino llevar también los recursos básicos de subsistencia y además infringen dentro de sus dinámicas de posicionamiento exponerse a lugares o zonas de riesgo.


Los Barrios Urbanos Marginales y las políticas públicas deficientes

A pesar de que el Perú ha pasado por un proceso de crecimiento económico, esto no ha ayudado a que disminuya el acceso ilegal e informal al suelo y a la vivienda. En ese sentido, los Barrios Urbanos Marginales (BUM) han tendido a duplicarse (Calderón, 2016, p. 9). Así, para el 2002, en Lima habían 2017 BUM, para el 2007 ya eran 4453; lo que obviamente hizo que la población aumentara de 2 millones de habitantes a más de 4 millones aproximadamente.

Ahora bien, el hecho de crecer económicamente también trajo consigo algunas consecuencias: el aumento de la nueva clase emergente, la reducción de la pobreza, la movilidad interurbana en la ciudad, el posicionamiento de la informalidad y el impulso a los emprendedores populares.

El crecimiento de los BUM responde a configuraciones históricas y limitaciones estructurales. Esto enmarca al modo en cómo es que se produce la ciudad y se reproducen sus clases y actores (Calderón, 2016). Es así que se empieza a ver una necesidad de solucionar el problema de la vivienda en el caso limeño. Así, el gran crecimiento de Lima se debe a la expansión de esta a través de las barriadas o lo que llamarían pueblos jóvenes. La comunidad académica tenía bien en claro que la creación de estas barriadas no iba a ser la solución al problema de vivienda, ya que esta solo se reproducía a sí misma creando nuevas barriadas, esta vez como ampliaciones, que se entiende como las barriadas que se ubicarán en las zonas periféricas de la ciudad, pero en las zonas de cerros o de riesgo. Esto para la década de 1980. Para los 90’s, y la inserción del sistema neoliberal en nuestro país hace que las políticas dirigidas a la planificación urbana ya no sean consideradas en cuenta, por lo que las barriadas simplemente se desbordaron y aumentaron sin ningún freno; lo que conlleva a que la necesidad de tener mejores condiciones de vida aumente, y por ende se solicite una mayor respuesta del Estado, respuesta que hace presencia en el problema.

Calderón (2016) hace una división dentro de los BUM. Menciona que existen dos tipos de BUM: los consolidados y los que están en proceso de consolidación. En los primeros, los pobres e hijos de los pobres están convirtiéndose o ya se han convertido en clase media. Esto viene acompañado junto al proceso de acumulación de capitales que produce a su vez una movilidad social; movilidad que espacialmente se da en el mismo lugar donde se encuentran las barriadas y sus características son: casas de tres pisos mal hechas, mayores ingresos, múltiples oficios, acceso a la educación superior de sus hijos, etc. En el segundo caso, los BUM en proceso de consolidación, habitan los pobres urbanos que se ubican en los cerros, cerros que rodean los asentamientos consolidados. Esta población invade terrenos que no cuentan con ninguna clase de servicios, ubicados en zonas de riesgo que pueden atentar contra su vida, viven en espacios que tienen como paredes cartones o plástico, etc.

Ahora bien, se hizo esa explicación pues lo que se trata ahora es de vincular cuales han sido las respuestas del Estado, en relación a las políticas públicas creadas, para abordar el problema de vivienda y solucionarlo. Y es que hay una conexión de estas políticas públicas que han hecho que se fortalezca la presencia e incremento de los BUM y demás.

El acceso al suelo y a la vivienda es un problema que las políticas del Estado han tratado de abordar haciendo el intento de conectar la demanda con la oferta de vivienda, pero esto no ha sido positivo. Esto puede ser explicado por la R.M. 054-2002-VIVIENDA, que saca el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), en la cual excluye del programa Techo Propio a la población que pertenecía al nivel socioeconómico E; con el argumento de que esta población no tenía capacidad de ahorro y con eso no podrían acceder a los bonos habitacionales que tal programa ofrecía. Dicho programa, que debía atender a la necesidad de vivienda en Lima debió haber construido para el 2012 una cantidad de 100 mil viviendas para sectores de menores ingresos, pero solo construyó una suerte del 30% de lo planeado. Esta ineficiente labor lo que produjo fue que la clase media y los pobres sigan recurriendo a los mercados ilegales de tierras, alquileres de vivienda, invasiones en áreas de riesgo y demás. Esto podría considerarse como un factor más para el incremento de los BUM.

Otras de las políticas que se generaron para este problema, fue la de regularización y mejoramiento[1]. Pero estas apuntan solo a consolidar el barrio y la vivienda en asentamientos ilegales e informales ya establecidos. Pero vayamos paso a paso para poder conectar las ideas y respaldar la hipótesis de que la regularización con el otorgamiento de títulos de propiedad y el mejoramiento de las viviendas que ya existen en estos asentamientos, con factores externos de por medio, solo conllevan a impulsar más ese mercado ilegal y formas informales de conseguir espacios de vivienda.

Las políticas se han expresado en, según Calderón (2016), tres aspectos: mejoramiento de los barrios, titulación de la propiedad y apoyo a la construcción de viviendas.

El caso de las titulaciones tuvo el apoyo de dos proyectos de Banco Mundial, el Programa de Derechos de la Propiedad Urbana (PDPU), y el Proyecto de Consolidación de los Derechos de Propiedad Urbana. Ambos proyectos no tuvieron la pegada que se esperaba puesto que solo accedió una minoría.

La construcción de viviendas se canalizó a través del programa Techo Propio en dos modalidades: Construcción en Sitio Propio (CSP) y Mejoramiento de Vivienda (MV). El primero, si bien es cierto ha alcanzado una entrega de 145 496 bonos entre el 2008 y el 2015, no alcanza las cifras para poder reemplazar la dinámica de autoconstrucción que la gente realiza. Con el segundo mecanismo, este estaba dirigido a familias únicamente propietarias de la vivienda. Esta no funcionó pues las y los pobladores no contaban con la declaración de fábrica que se necesita como requisito indispensable para acceder a dicha modalidad.

Ahora pasamos a explicar cómo es que esos mecanismos afectaron a la permanencia y proliferación de los BUM, si al parecer nunca llegaron a ser exitosos del todo. Esto responde primero a que las políticas públicas han continuado con intervenciones dispares, sectoriales y descoordinadas. Así, se abría la posibilidad de mejorar la vivienda, de poder hacer llegar agua y de construir viviendas; pero no para la población que no contaba con títulos de propiedad. Es así que para 1990, según nos comenta Calderón (2016, p. 15), se hace un intento por ordenar estas secuencias ya que se estableció que solo los asentamientos que contaran con título de propiedad serían beneficiados con el servicio de agua potable. Pero esto no fue suficiente, pues la presión social hizo que, mediante la ley N° 28687, la municipalidades otorgaran Certificados de Constancia de Posesión o Constancia de Posesión, lo que llevaría a las empresas que prestan el servicio públicos le otorguen factibilidad a los ocupantes de las posesiones informales. Cabe recalcar que todo esto fue por presión social. Pero estas leyes, por sí mismas no cumplen el rol de las políticas públicas.

 Como lo mencionan Torres-Melo y Santander (2013), en realidad las leyes son un componente formal de una política pública. “La ley es un mecanismo fundamental para garantizar que la decisión de política que se tomó se mantenga y guíe el curso de acción de la política pública” (Torres, Santander, 2013, p. 60). En relación a esto, la creación de la ley 28687 solo hace suponer que esta escapa a la dirección que tenían los programas ya mencionados, por lo que hace suponer que existe una confusión entre la ley y la política pública per se, olvidando que esta es parte del proceso y que sirve de mecanismo para ayudar a la segunda en mención, no para direccionar toda la política hacia otro lado.

Esto lo convierte en una política curativa, lo que originó que los plazos de reconocimiento de las invasiones y su posterior entrega de títulos se extendiera. En el siguiente cuadro se detalla todo:

Ley
Fecha de publicación
Año hasta donde se amnistiaban las ocupaciones
28391
Noviembre del 2004.
Al 31 de diciembre del 2001.
28687
Año 2006.
Al 21 de diciembre del 2004.
D.L. 1202
23 de setiembre del 2015.
Entre el 01 de enero del 2005 al 24 de noviembre del 2010.



Fuente: Calderón (2016)

Elaboración propia



Todo esto, al no estar acompañado de programas de preventivos de vivienda, lo que ocasiona es que se refuerce la expansión de este tipo de ciudad, ciudad ilegal como lo llamaría Julio Calderón, y peor aún, evidencia que beneficia a los actores que obtienen estos intereses pues se crean redes para prebendas como las autoridades mismas, operadores políticos que van en busca de fidelidad en base a asistencialismo y también la figura de traficantes de tierras.



CONCLUSIONES

El problemas de la necesidad de vivienda en nuestro país se mantiene y el crecimiento de las barriadas expresadas en los BUM sigue el alza debido a que las políticas públicas, en específico a las tomas de decisiones que hay en estas, no están siendo direccionadas y concatenadas. Esto, quizá, debido a que las tomas de decisiones son racionalmente limitadas, mencionando que no se trata de decir que los decisores son irracionales, sino que dicha racionalidad que poseen es parcial, fragmentada y limitada (Muller, 2010, p. 86). Muller nos menciona que los decisores recorren un número restringido de hipótesis y los analizan de manera secuencial. Lo que hacen es pararse en el primer caso satisfactorio, lo que quiere decir que no buscarán la solución óptima al problema, sino que buscarán una solución satisfactoria.

También se puede observar que existe un problema tremendo en la elaboración y aplicación de las mismas políticas públicas como tal. Y es que estas solo están siendo direccionadas por el gobierno, sin la capacidad de poder garantizar la participación y el involucramiento de los demás actores involucrados.  Esto tiene que también ser analizado dentro del marco del sistema neoliberal que mantenemos, ya que este impulsa un proceso de individualización que deja en el aire el carácter colectivo del asunto.

Se asume que las políticas públicas que se han planteado para poder frenar el crecimiento de los BUM han sido infructíferas y al contrario han agravado más el problema. Y es que se está pensando en acabar con las consecuencias del problema de vivienda. La búsqueda de terrenos en mercados ilegales, los alquileres de cuartos, etc., responden al problema de vivienda per se. Ahora, si una de las acciones enmarcadas dentro de una política es otorgar títulos de propiedad a diestra y siniestra; lo único que se logra con eso es reforzar el mercado ilegal e informal puesto que existen las condiciones para que se mantengan.

Se observa también que el accionar de las políticas públicas en relación al problema de vivienda no está siendo articulado, posiblemente porque los partidos políticos (que deberían responder a una sociedad civil organizada) no están cumpliendo su labor de conectar a los hacedores de políticas públicas con los productores de evidencia (Tanaka, Barrenechea y Morel, 2011). Además, que estos partidos tienen intereses de por medio los cuales se verían perjudicados si se aplican políticas públicas correctas: los asentamientos humanos suelen ser espacios donde los partidos políticos acuden en épocas de elecciones con el fin de poder conseguir votos y representación política que necesitan al momento de que ellos y ellas acudan a las urnas. Esto se logra mediante un mecanismo que esperamos detallar más adelante, en otro trabajo, al cual llamaremos asistencialismo político, presentado como una nueva forma de conseguir la representación política que ya no se basa en el cuerpo o programa político de los partidos existentes, todo esto enmarcado dentro de una democracia ineficiente y la inexistencia de un sistema de partidos en nuestro país.






REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Julio Calderón. (2016). La Ciudad Ilegal. Lima: Punto Cardinal.

Jaime Torres-Melo y Jairo Santander. (2013). Introducción a las Políticas Públicas. Bogotá: IEMP Ediciones.

Pierre Muller. (2010). Las Políticas Públicas. Bogotá: Universidad Externado de Colombia.

Tanaka, M., Barrenechea, R. & Morel, J. (2011). La relación entre investigación y políticas públicas en América Latina: un análisis exploratorio. En Vínculos entre conocimiento y política: el rol de la investigación en el debate público en América Latina (35-82). Lima: Nova Print.

Fondo Mi Vivienda. (2017). Techo Propio. Lima: Fondo Mi Vivienda. https://www.mivivienda.com.pe/PORTALWEB/usuario-busca-viviendas/pagina.aspx?idpage=30





[1] Esta es ejecutada por el mismo programa Techo Propio, que cuenta con el plan mejoramiento de tu vivienda. Vease el siguiente link https://www.mivivienda.com.pe/PORTALWEB/usuario-busca-viviendas/pagina.aspx?idpage=30

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